viernes, 9 de diciembre de 2011

Cumpleaños feliz

Llevo despierto desde las cinco de la mañana. Levantado desde las seis y media. Cada vez duermo menos. Se me llena la cabeza de ideas y proyectos. Esta bitácora es uno de ellos, y hoy da comienzo.

Hoy, que es el cumpleaños de mi hijo pequeño. Dieciséis. O el año uno de su fase "pavo". Vamos, que entramos de lleno, su madre y yo, en el año dos. De regalo, el carné de conducir, un salvoconducto (cualquier cosa a comprar excepto videojuegos) del cortinglés y una tarjeta de amigo de algunos museos.

Le hemos despertado con un plato de magdalenas (de esas que su madre hace en casa) y sus regalos. Todo el amor del mundo para celebrar con él y hacerle ver que mientras dure esta fase difícil, seguiremos a su lado (por mucho que queramos salir corriendo). Que sabemos que, inexplicablemente, hemos pasado desde hace pocos meses de ser sus padres a ser esos individuos molestos, casi enemigos, que invaden la intimidad de su "cueva" atentando contra su recién descubierta libertad, organizadores de un tiempo que él quiere anárquico, vigilantes de unas obligaciones que ha descubierto artificiales e insoportables. Hoy hemos hecho el ritual de presentarnos su madre y yo de nuevo ante él para renovar, víctimas y blanco de sus juveniles iras, nuestros votos durante un año más. Para decirle que le esperamos, hasta ese momento en que nos redescubra y quiera volver.

Mientras tanto, luchan las hormonas en su interior y en su cabeza todo está nítidamente borroso y convulso.

Saldremos los tres a celebrarlo en unas horas. Mientras tanto, veré si puedo montar este blog y comenzar hoy mismo esta aventura.

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